energía solar, Preguntas frecuentes
Es una instalación que nos permite transferir el calor del sol al agua que después usaremos para ducharnos, lavar la ropa o bañar al bebé. Los sistemas solares térmicos constan de un colector solar (placa), un depósito que almacena el agua caliente y un sencillo sistema de tuberías que hace circular el agua de un elemento a otro. Estos sistemas pueden proporcionarnos desde el 65% hasta el 85 % de nuestras necesidades de Agua Caliente Sanitaria (ACS), el porcentaje restante nos lo proporciona el sistema secundario, ya sea caldera de gas o eléctrica.
Utilizando un sistema solar térmico ahorraremos desde un 65% hasta un 85% de nuestra factura de gas o electricidad destinada al ACS, ya que nos estaríamos autoabasteciendo con nuestra propia instalación.
Las instalaciones tienen un periodo de vida útil de más de 20 años. Siempre que se haga un correcto uso y mantenimiento de los equipos, posibilitará una mayor duración de los mismos.
Los sistemas solares térmicos ofrecen un alto porcentaje de ahorro (entre el 65% y 85%) por un precio bastante reducido. Concretamente, dependiendo de cuál sea el sistema, una instalación solar térmica cuesta entre 2.400 y 3.500 €, que bien financiados puede suponer un recibo mensual de menos de 30€, es decir, por menos de los que cuesta un café al día disfrutaremos de un importante ahorro y valiosa independencia energética.
Si mantenemos un uso racional del agua caliente generada a través de este sistema, no tendremos la necesidad de recurrir al sistema secundario (gas, electricidad, etc…) la mayor parte del tiempo.
El CTE recomienda la utilización de un sistema forzado respecto a un termosifónico para instalaciones solares de más de 10 m2 por varios motivos: es un sistema regulado por una centralita a través de un diferencial de temperaturas que permite optimizar el rendimiento de las instalación de energía solar y protección frente a sobrecalentamientos y legionelosis; utilización de un deposito vertical que consigue una mejor estratificación de temperaturas; posibilidad de integración arquitectónica en edificios.
En principio, se ha de disponer de al menos un mínimo de superficie en la que poder instalar los captadores (12 metros cuadrados aprox.). Por otro lado, la zona destinada a la instalación no debe estar interferida por obstáculos que produzcan sombras.
Los captadores no tienen riesgos de ruptura por tormentas fuertes o granizadas, ya que la capa que está expuesta al exterior está hecha con cristal templado similar al que se usa en las lunas de los coches. Al igual que no nos preocupamos por las lunas de nuestros coches cuando graniza, tampoco debemos temer que haya riesgo de rupturas por granizo en nuestro captador.
En cuanto al tema de las heladas, es importante saber que el líquido que circula por los captadores no es el mismo que llega a nuestro consumo, tenemos circuito primario y circuito secundario. El circuito primario está lleno con un fluido con efecto anticongelante de uso alimentario, el propilen-glicol que hace que soporte en las bajas temperaturas, este líquido caloportador transfiere el calor con posterioridad al agua que nosotros consumimos. En resumen, no hay riesgo de congelación en las heladas.
En toda instalación solar térmica y bajo las condiciones de gran insolación y bajo consumo, suele presentarse un grave problema como es el sobrecalentamiento. La solución ideal es integrar en el circuito hidráulico de la instalación, un aerotermo, llamado también dispensador de calo. Cuando los sensores de temperatura detectan la superación del límite de seguridad, parte del fluido se desvía hacia otro circuito de tuberías integrado en el sistema general, que lo enfría mediante circulación forzada, expulsando el calor excedente al exterior. De esta manera, se consigue una reducción de la temperatura del fluido.
Por un lado, es importante ser consciente de la zona climática en la que estemos situados, pues evidentemente no tenemos el mismo clima en toda España. Existen 5 zonas climáticas que se diferencia por la radiación solar sobre la superficie horizontal. También hay que recordar que los captadores no solo recogen la radiación directa, sino también la difusa, y ésta se da no solo en condiciones buenas de soleamiento, sino también en malas condiciones. Lógicamente cuanto menos sol haya, menos radiación directa y menos recogerá el captador.
Hay que resaltar, que una instalación siempre tiene que contar con un sistema convencional de apoyo para esos días en que la energía solar no cubra el 100% de las necesidades de la demanda.
No, el captador debe estar homologado por el Ministerio de Industria a través de una contraseña de identificación que emite este organismo. Para ello, previamente el captador debe haber sido ensayado por un centro de ensayo homologado (Norma UNE-EN-ISO/IEC 17025) bajo el procedimiento establecido en la norma ISO 9001:2000. Sin todos estos requisitos ningún Organismo Estatal o Autonómico incluirá este modelo de captador en sus programas de subvenciones.
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